Conclusión

¿Es posible afirmar que hay una proporción que sea más armoniosa que otra o que sea más "natural" para la especie humana?



La matemática, considerada una actividad que ocupa grandes espacios en casi todas las situaciones cotidianas, es una ciencia intensamente dinámica y cambiante aún en su propia concepción profunda.
Esto sugiere que, efectivamente, la actividad matemática no puede ser una realidad de abordaje sencillo. Un ejemplo de esto son los numero irracionales: tal como π (pi) y por supuesto el número de oro o proporción áurea.
El caso de la proporción áurea nos parece una de las proporciones más completas y amplias que conocemos, ésta se extiende en prácticamente todos los campos en los que interviene el ser humano: en el arte con Da Vinci y su “mona lisa”; en la naturaleza donde se hace presente en cada tallo, hoja, flor e incluso en las alas de cualquier insecto. Que decir en la genética, en cada cadena de ADN, o en la anatomía; en la literatura, en la música y en la arquitectura, en cada escultura, en cada edificio como el Partenón; en cada partitura de Mozart y muchos otros, se hace presente el número phi.
Definitivamente la proporción áurea demuestra los verdaderos alcances de la matematica, que de hecho son infinitos.








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