En este artículo abordamos la concepción natural de perfección en la belleza de la naturaleza y su relación con el número áureo. También discutimos las realizaciones de esta proporción que pueden observarse en diversos campos de la ciencia,
una relación matemática fundamental para derivar su valor.
La serie de Fibonacci es uno de los conjuntos de números que aparecen muy frecuentemente dentro de la naturaleza. Por ejemplo, el número de pétalos de muchísimas flores es un número de la serie, el número de ramas que se van obteniendo a medida
que el árbol crece es usualmente un número perteneciente a la serie 6 3. Otro ejemplo es el cono de piño. Un cono de pino se puede pensar como un conjunto de
espirales que se van retorciendo hasta llegar a unirse en un punto que es el que se une al tallo. Hay ocho espirales en la dirección de las manecillas del reloj, mientras que hay 13 que se acercan más rápidamente a la punta en contra de las manecillas del reloj (situación muy similar se puede observar en una piña o en el girasol o en la coliflor).
La frecuencia con la que números pertenecientes a la serie de Fibonacci se manifiestan dentro de muchos objetos o situaciones en la naturaleza parecen indicar que hay algo intrínseco y óptimo que la naturaleza ha desarrollado ¿Por qué estos números se repiten en muchas plantas? ¿Por qué en la estructura de muchos moluscos o en la forma del ser humano? ¿Hay algo valioso en estas proporciones? Lo que sí es
claro es que tiene muchas repercusiones en cómo la naturaleza se adapta a las condiciones del medio
El número áureo, considerado por Platón la mejor delas relaciones matemáticas, presente tanto en el cosmos como el microcosmos, seobtiene dividiendo un segmento cualquiera en dos partes de forma que la razón entre
la totalidad del segmento y una parte (la mayor) sea igual a la razón entre esta parte y
la otra. De este modo se obtiene el número irracional, también denominado “número
de oro”, “número dorado”, “sección áurea”, “razón áurea”, “razón dorada”, “media
áurea”, “divina proporción”, representado por la letra griega Φ (fi) (en honor al
escultor griego Fidias):
Se trata de un número,
descubierto en la antigüedad no como “unidad” sino
como relación o proporción entre partes de un cuerpo
o entre cuerpos, que posee muchas propiedades
interesantes. Lo encontramos en la naturaleza en la
morfología de diversos elementos tales como
caracolas, nervaduras de las hojas de algunos árboles,
el grosor de las ramas, proporciones humanas,etc. La espiral logarítmica vinculada a los rectángulos áureos gobierna el crecimiento armónico de muchas formas vegetales (flores y frutos) y animales (conchas de moluscos), aquellas en las que la forma se mantiene invariante. El ejemplo más visualmente representativo es la concha del nautilus.

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